Se trata de un local muy amplio, especializado en paellas, mariscadas y parrilladas de marisco. También dispone de una amplia oferta en carne a la brasa entre la que destaca el chuletón, que pude ver en crudo y que tenía una pinta estupenda.
Además de la comida en sí, uno de los principales atractivos del restaurante Carlos III de Ajo son las cinco cubas de vino de las que dispone el local, habilitadas con una mesa y bancos en su interior para que podamos comer dentro de ellas. Como supondréis, estas cubas están muy solicitadas y, puesto que solamente hay cinco, deberéis reservar con antelación si queréis comer dentro de ellas.
También dispone de un coqueto "rincón tradicional montañés" que hará las delicias de los más tradicionales.
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| Vista frontal de una de las cubas, para 4-8 personas. |
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| Cubas. |
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| Rincón tradicional montañés. |
El restaurante Carlos III de Ajo, es un restaurante abierto. Tiene una pérgola interior rodeada por un jardín que han preparado para que pueda cerrarse en invierno para evitar las bajas temperaturas. El jardín es ciertamente bonito y está muy cuidado por lo que invita a sacar unas cuantas fotos.
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| Jardín del Carlos III de Ajo |
Una vez acomodados en nuestra correspondiente cuba procedieron a solicitarnos la comanda de bebidas y unos minutos más tarde, nos tomaron nota de la comida.
Teníamos claro que de plato principal queríamos "Paella de Ajo" así que decidimos elegir tres entrantes ligeritos para compartir entre los seis comensales, con el objetivo de no llegar al arroz demasiado saciados.
De entre todos los entrantes de la carta del Restaurante Carlos III de Ajo elegimos los siguientes:
- Pulpo a la gallega (14€)
- Puding (9€)
- Langostinos a la plancha (14€)
El pulpo tenía claramente trozos diferentes, algunos tiernos y otros muy duros, aunque predominaron estos últimos (o al menos a mí me tocaron más). Era incomodísimo cuando tocaba uno de los trozos duros, porque por más que intentabas masticarlo, no había manera de partirlo... hasta el punto de que tuve que sacarme algun trozo de la boca :-(
El sabor no era malo pero la textura del pulpo era ciertamente decepcionante, un error haberlo pedido. En cuanto al tamaño de la ración, era el habitual que puede encontrarse por aquí.
Contrariamente a lo que sucediera con el pulpo, el puding, de pescado y marisco, fue sin duda un acierto. Riquísimo de sabor y muy ligero, acompañado por biscotes y salsa mayonesa.
El último entrante fueron unos langostinos (no tenían gambas). Al preguntar cuantos venían en la ración nos respondieron que "ocho o nueve", lo cual me pareció una respuesta bastante sorprendente puesto que el precio no variaba en función de la cantidad de langostinos de la ración... En nuestro caso, vinieron nueve, supongo que tuvimos suerte.
Eran frescos y de buen tamaño, se pelaban muy bien y tenían la carne muy prieta.
Por fín llego el plato estrella. Tal y como siempre he visto hacer en los restaurantes de paella, habíamos pedido cinco raciones de paella para los seis comensales (11€/ración). La verdad es que la cantidad no era excesiva pero fue más que suficiente, permitiendonos repetir a todos los que quisimos hasta dejar la paellera bien limpia.
La paella venía ligeramente caldosa y bien cargada de langostinos, mejillones y varias cigalas. Eché en falta alguna almeja o algún trozo de pescado, pero en fin, la paella en cada sitio varia mucho. El elevado número de langostinos que venían en la paella me hizo plantearme si no hubiese sido mejor haber escogido otro entrante.
En cuanto al arroz, era de grano largo, lo que ayudaba a que estuviese muy suelto. Yo lo prefiero así, pero dicen los expertos que las paellas deben hacerse con grano redondo y algunos incluso dicen que debe quedar apelmazado. Para gustos.
Llegado el momento de los postres, ya habíamos visto pasar por delante de nuestra mesa algún "postre de la casa" (7€), un surtido de postres para compartir con muy buena pinta.
El camarero nos recomendó pedirnos dos postres de la casa para los seis. Más hubiese sido demasiado. El postre incluía: tarta de chocolate (buenísima) tarta de bizcocho borracho, leche frita y puding de coco.
Además de los postres de la casa, el Restaurante Carlos III de Ajo dispone de bastantes postres, todos caseros, por un precio entorno a los 4€. Ver carta
El total de la cuenta fue de 136€ (unos 23€/pax).
En resumen, considero que el Restaurante Carlos III de Ajo es una estupenda opción para degustar la famosa "Paella de Ajo" en un entorno verdaderamente curioso, decorado con mucho gusto y con un jardín realmente bonito.
Así mismo, recomiendo llamar con antelación y reservar una de las cubas, pues le da un punto extra de encanto a la comida sin elevar el precio de la misma. Recomiendo el Restaurante Carlos III de Ajo principalmente para comidas familiares o para comidas con amigos.
RESTAURANTE CARLOS III (Ajo - Cantabria)
- Avenida Benedicto Ruiz, s/n (Ajo) Bareyo, Cantabria 39170
- Teléfono: 942621018
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1 comentario:
esta myu padre le concepto de este restaurante y sobre todo el pulpo se ve buenisimo, felicidades
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