Restaurante Lempika (Madrid)

Llevaba tiempo queriendo probar la comida libanesa (para los despistados, libanesa viene de El Libano, no de Libia). Había leido algo sobre ella en un libro (Morir a los 27, de Joseph Gelinek) y me había despertado la curiosidad. Lamentablemente, a la fecha no hay ningún restaurante libanés en Castro Urdiales ni tampoco conozco ningun restaurante libanés en Bilbao y alrededores

Aprovechando mi reciente visita a Madrid, no podía dejar pasar la oportunidad de probarla y convencí (no fué dificil) a nuestros anfitriones para que localizaran y reservaran en un restaurante libanés. Afortunadamente, ellos, tan apasionados de los restaurantes como yo, ya conocían uno: el Restaurante balinés Lempika.

Interior del restaurante Lempika (Madrid)

El Restaurante Lempika de Madrid es un pequeño restaurante de comida libanesa abierto en 2005 de la mano de Hind Zeidan y Mª José Merino y ubicado cerca de la Plaza de España madrileña.

Su aspecto exterior no invita a entrar y es que se trata de un local modesto, sin decoración, sin estridencias... incluso con servilleteros de papel en las mesas (no aparecen en la foto)... para entendernos y sin tratar de menospreciar al restaurante, muchos podrían decir que es un poco "cutre".

Además, en la entrada del restaurante hay un punto de BookCrossing, en el que podemos dejar libros o coger alguno si nos gusta. Así mismo, por lo que he visto en Internet, organizan exposiciones de arte y fotografía con cierta frecuencia.

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Detalle del salón. Foto extraida de la página web del Lempika

Tras encajonarnos en la mesa que nos tenían reservada (en la foto, a la izquierda) nos facilitaron la carta, escrita a mano, en la que se ofrecía un interesante menú por 15€ además del resto de platos, raciones y tapas. Podéis ver la carta del Lempika en su web

Nos dejamos aconsejar por la camarera y por nuestros amigos, que ya habían probado el sitio, y pedimos un montón de raciones "a la carta" para poder probar varias de las especialidades del restaurante. Os dejo a continuación las fotos de los platos, acompañadas de algunos comentarios:

Hummus

Paté de garbanzos especiado (4,50€ la ración, pedimos 2). Se acompañaba con triangulos de pan de pita (1,30€ la ración, también sirvieron 2).

Fué una de las cosas que más me gustó de la cena. Lo había probado con anterioridad en algún restaurante árabe. La verdad es que es un plato muy facil de hacer, lo hemos hecho en casa a menudo y el resultado es excelente.

Hummus

Piñas de tierra de Campos

Se trata de un pincho que presentaron a un concurso en Valladolid, y que quedó finalista (2€/ud). Era una especie de albóndiga de carne picada con piñones y rellena de queso fundido. Estaba muy rica y era bastante contundente. Un poco seca.

Piñas de Tierra de Campos

Tortilla de patatas libanesa

Se trata de un plato de fusión entre la tortilla de patata española y los sabores de la comida libanesa. Lo primero que me chocó es que sabía... ¡a canela! para nada me esperaba ese sabor. Nos sacaron dos tortillas (8€/ud). Se acompañaban con guindillas y pepinillos.

De las dos tortillas que sacaron, nos gustó más la segunda porque estaba más jugosa y sabrosa.

Tortilla de patatas libanesa

Bamía

Se trata de un plato que lleva okra, carne picada y arroz, todo acompañado con una salsa muy suave. La okra es una hortaliza que desconocía hasta el otro día. Si no me hubiesen dicho su nombre, hubiese pensado que eran alcaparras pues su sabor y aspecto me resultaron similares.

Fue otro de los platos que más me gustó.

Bamía: Okra, carne picada y arroz.

Hamburguesas de Soja

Eran unas pequeñas hamburguesitas de soja, acompañadas por una ensalada de lentejas y cubiertas por una crema (6,50€ la ración).

Ya fuí un poco reticente cuando las pedimos, pero al probarlas definitivamente constaté lo que ya sabía... que no me iban a gustar. De hecho, casi todos los comensales reaccionamos igual y casi todas quedaron en el plato.

Era un sabor demasiado diferente... no triunfó. Para mí el peor plato de la noche.

Hamburguesas de soja

Calabaza deRouest

Otro de los pinchos que presentaron a otro concurso, quedando en séptima posición. En este caso el pincho podía ser un plato principal perfectamente por tamaño, por contundencia... y también por precio (11€/ud).

Se trataba de un triangulo de pastel relleno de calabaza, frutos secos, carne... la verdad es que tenía ingredientes para estar muy buena pero me pareció excesivamente pesada. Además, la ración que me correspondió compartir (pedimos 2 para los 6) estaba quemada y muy muy seca.

Para mí, fué el segundo peor plato de la noche, si bien el resto de acompañantes quedaron encantados con el plato.

Calabaza deRouest

Postres

Por último llegó el turno de los postres. Elegimos una porción de tarta de zanahoria (3,50€) y cuatro dulces arabes (1,50€/ud).

Pude probar la tarta de zanahoria, tipo pudding, y me pareció una de las tartas de zanahoria más ricas que he probado (compitiendo con la tarta de zanahoria del Garibolo, en Bilbao).

En cuanto a los dulces árabes eran unos hojaldres con miel, pistachos... nos dejaron elegirlos y todos los que los comimos nos miramos asombrados mientras lo degustabamos. ¡¡Estaban buenísimos!!
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Tarta de zanahoria y dulces árabes.

Para beber pedimos cerveza (x4), dos botellas de Luberri (rioja joven, 15€ la botella) y una jarra de agua (gratis, muy habitual en Madrid).

La cuenta final de la cena en el restaurante Lempika de Madrid nos salió por unos 21€ por persona, un precio que considero bastante ajustado para todas las cosas que pudimos probar.

Antes de terminar el artículo, me gustaría resaltar el trato que nos dispensaron, muy cercano y atento que era precisamente el que iba acorde con el restaurante. Pese a que solamente había una camarera en el salón, en todo momento trató de ayudarnos a elegir las raciones adecuadas y los platos que más se adaptaban a nuestros gustos.

En definitiva, el Restaurante Lempika de Madrid me pareció un lugar curioso, al que hay que ir "a proposito" puesto que su aspecto no invita a entrar. La comida no me sorprendió tanto como esperaba, pero he de reconocer que los dueños le dedican mucho cariño a su restaurante.

Lo recomendaría para cenas informales en grupo en las que la prioridad sea pasarlo bien y probar comidas diferentes sin gastarse un dineral.

RESTAURANTE LEMPIKA (Madrid)