El pasado miercoles, un amigo se empeñó en invitarme a cenar en el Restaurante La Arboleda aprovechando la Quincena de la Angula del restaurante.
Si ya es dificil para mí decir que no a una invitación para comer, ni os cuento lo dificil que es decir que no cuando un amigo se empeña en invitarte a La Arboleda... así que opté por la opción más lógica... caer en la tentación y decir que sí.